lunes, 10 de marzo de 2008

Una historia roja y surcana

Somos los que somos, somos los que estamos, siempre los mismos, para todos suficientes. Pero estas palabras quedan cortas para definir quienes son los hombres de rojo, así que, estimado visitante lector, sugiero que se acomode en su asiento y se aliste a leer lo que a continuación sigue, para que, al final, sepa usted con quien está teniendo el gusto de tratar.

Años atrás, mientras corrían los meses del año 1997, se publicó en la revista del distrito de Surco, un pequeño aviso. Dicho aviso, invitaba a jóvenes surcanos a inscribirse para formar parte de la Compañía de Bomberos Voluntarios "Santiago Apóstol" Nª 134. Esta convocatoria se realizó, en vista que había una gran necesidad de formar un cuartel de bomberos en el distrito, ya que, las emergencias que sucedían, eran atendidas por las compañías de los distritos aledaños.

A dicha convocatoria se presentó un número de jóvenes entusiastas, que buscaban servir a su comunidad. Pero, el cuartel no estaba construido. No era más que un terreno lleno de tierra con una puerta de rejas. Así que el entrenamiento de estos jóvenes muchachos, se realizó en la Compañía de Bomberos "Lima 4" del distrito de Lince. Conforme fueron pasando los meses, llegó el mes de agosto de 1998. Y con agosto, llegó el día 29. Fecha conmemorativa y sobre todo importantísima: la compañía de bomberos "Santiago Apóstol" Nª 134, del distrito de Santiago de Surco, acaba de ser fundada. Una ceremonia solemne y conmemorativa se llevó a cabo para inmortalizar tan importante evento. El jefe fundador, Brigadier CBP Vito Monopoli, fue uno de los primeros en pasar por el corte de pelo de honor, siguiendo tras de él, a todo el grupo de jóvenes entusiastas. Con nuevo look y ya en casa, contando con una rescate pequeña y más adelante con una unidad ambulancia que el municipio gestionó para implementar la operatividad del cuartel, empieza la historia de la operatividad de la 134.

Estar en el cuartel, en esas épocas, no era propiamente cómodo. Pero estábamos en casa. El cuartel estaba en construcción, no había piso y todo, pero todo, cocina, oficinas, comedor, sala de reunión, guardia nocturna, y todos los ambientes necesarios, eran simplemente un cuartito al fondo del terreno. Y por supuesto, no olvidar a nuestro fiel compañero, el baño portátil o DISAL.Conforme transcurrieron las semanas, y poco a poco, las vigas empezaron a tomar forma. Las columnas se iban formando. Ladrillos y sacos de cemento iban amontonándose. Batallones de obreros desfilaban a paso marcial, para darle forma a lo que años mas tarde, sería uno de los cuarteles mas modernos del Perú. Todo esto se consiguió con el apoyo de ciudadanos ilustres del distrito y de miembros del CBP, quienes formaron el Comité Pro Construcción del Cuartel.

Pasamos de tener 4 paredes a un poco mas. Pero igual, éramos concientes que tener nuestro cuartel levantado, demoraría. No fue obstáculo alguno para continuar con nuestra labor de servicio. Cada cierto tiempo, se hacian nuevas convocatorias para aquellos jóvenes que desearan servir a la comunidad. Y fuimos creciendo en número. Junto con eso, nos fueron asignando unidades: una ambulancia, una máquina de agua, cambiamos de rescate y contábamos con una unidad aérea: la Escala 134.

Conforme el tiempo transcurría, las promociones iban saliendo. Ya teníamos bomberos natos de la 134, formados por y en Surco. No podemos pasar por alto el trabajo que el entonces técnico Andrew Mathhews, segundo jefe de compañía, junto con el entonces seccionario Jordano Calle (ambos de la Lima 4) realizaron: enseñarnos y entrenarnos para la calle.

El cuartel ya iba tomando forma: ya teniamos cocina, guardia y oficinas. Nosotros también voleábamos ladrillos junto con los obreros, cargábamos sacos de arena, tarrajeábamos las paredes de nuestro cuartel. Levantamos vigas y columnas. La 134 era mucho mas que un cuartel en construcción, era un equipo humano, de gente joven, armando un camino para futuras generaciones y sobre todo, profesional en el trabajo. En poco tiempo, nos hicimos de un nombre en la calle. Nos ganamos el respeto de las compañías con las que trabajabamos por la calidad de nuestro profesionalismo al atender emergencias. Y todo esto, gracias al esfuerzo que todos y cada uno de nosotros pusimos.

De las máquinas que tuvimos desde un principio, solo nos queda nuestra amada máquina de agua, la 134-04 o la "ponjita" como solemos llamarla. Las otras unidades nos fueron cambiadas para poder atender las emergencias que se nos presentaban dia a dia. En la actualidad contamos con la Rescate 134, la 134-04, la médica 134 (unidad americana, del año 2004), el Snorkel 134, unidad aérea con brazo articulado, y la auxiliar 134, carro para traslado de personal y trámites administrativos.Nuestro cuartel ya se encuentra levantado y contamos con todas las comodidades necesarias. Es nuestra segunda casa. Y como tal, todos los que conformamos la 134, somos una familia. Una familia unida y profesional, dispuesta a atender y ayudar a otras familias que lo requieran.

Porque somos los que somos, somos los que estamos, siempre los mismos, para todos suficientes. Porque somos el orden, donde reina el caos. Porque somos la solución donde habita el problema. Porque caminamos donde el diablo baila. Porque somos el consuelo donde se presenta el llanto. Porque no se sabe si estamos locos o si estamos cuerdos. Porque muchas veces somos incomprendidos y hasta humillados por hacer lo que hacemos. Porque somos incomprendidos por muchos, pero necesitados por todos. Pero no es impedimento para seguir haciendo lo que hacemos y sobre todo, seguir siendo quienes somos: somos los bomberos voluntarios, bomberos de Surco.

Somos los que decimos presente cuando nos llaman, somos los que acudiremos en ayuda de quien nos necesite, somos quienes arriesgamos la vida y sacrificamos nuestro tiempo para que usted y los suyos, estén seguros. 24 horas al día, los 7 días de la semana, los 365 días del año, estamos al servicio de quien nos necesite.

Amparados siempre, bajo la mano bendita del altísimo, recuerde estimado lector, que cuando las sirenas irrumpen en el silencio de la noche o se confunden en el bullicio del día, estamos yendo a salvar una vida en peligro. No reniegue si hacemos mucha bulla, más bien discúlpenos, pero es necesario para llegar veloz a nuestro destino.Le expreso mi agradecimiento por leer estas líneas, en las cuales me presento a nombre de mis compañeros. Sería un honor para nosotros, contar con su presencia algún día en nuestro cuartel y estrecharnos las manos en un fraterno saludo, para así, conocer a aquella o aquellas personas, quienes delante de estas líneas, han cogido interés por nosotros.

Adelante, Caballeros del Fuego.

1 comentario:

sybilla dijo...

me parece muy bien que te hayas tomado el tiempo de hacert entender a cierta gente la verdadera labor de los bomberos. Se que lamentablemente hay personas que encuentran absurda y ridicula la labor de estos hombres y mujeres que acuden al llamado de quien los necesite sin importar hora y lugar.

Es una tarea admirable la que cumplen los hombres y mujeres que visten ese uniforme rojo y se que si en algun momento los necesito no dudarian en venir a auxiliarme no porque sea su deber si no porque es su vocación.

Dejeme decirle mi estimado tintero lo loable de su labor como bombero y que el solo hecho de vestirse de rojo lo hace a mis ojos un heroe.